domingo, 27 de mayo de 2018

EL ALGARROBICO DE SIERRA DE GATA, Fundación Phi Siete Fuentes


La construcción de esa mole de hormigón en Cerro Moncalvo sigue adelante desgraciadamente. El impacto visual en el paisaje de Sierra de Gata es inmenso e incluso llega a ser visible desde lo alto del Puerto de Perales. Sierra de Gata no necesitaba que la torturasen de esta manera como tampoco el Cabo de Gata se merecía que le construyesen ese engendro conocido como el Hotel del Algarrobico. Ahora Sierra de Gata en Extremadura y el Cabo de Gata en Almería nos hemos hermanado, ambos tenemos que padecer la destrucción de nuestro paisaje por no se sabe muy bien que intereses espurios.






Esta Semana Santa pude sacar estas indignantes imágenes desde la cumbre de la Atalaya, en ellas se puede observar la magnitud del desaguisado. Ya no es sólo la construcción del edificio es que además han instalado un huerto solar y han construido una enorme balsa de agua al desviar el cauce del arroyo que pasaba por esa zona. Todo esto no sólo ha sido posible con la autorización de los ayuntamientos locales, de la Junta de Extremadura, de la Confederación Hidrográfica del Tajo sino que además desde le Unión Europea les han soltado una suculenta inyección de dinero público de alrededor de dos millones de euros.
El principal culpable de todo esta ignominia no es ni más ni menos que el impresentable del Guillermo Fernández Vara, que lo mismo lleva a hombros a la Virgen de la Montaña de Cáceres que inaugura una obra de este calibre, tal y como se puede ver en las imágenes y leer en estos artículos de prensa. 






GUILLERMO FERNANDEZ VARA COLOCA LA PRIMERA PIEDRA DEL CAMPUS PHI

COMIENZAN LAS OBRAS DEL CENTRO DE LA FUNDACIÓN PHI


Por lo avanzado que llevan las obras no parece ser que lo que tienen construido se ajuste al proyecto original que divulgaron algunos medios de comunicación. Ya veremos a ver en qué queda  la monumental aberración que unos y otros han decidido hacerle a Sierra de Gata.






martes, 1 de mayo de 2018

ACEBO MUNICIPIO MINERO 2.0



Hace unos años acudí con mi padre a una conferencia en el Instituto Geológico Minero de Madrid que trataba sobre el wolframio. Cuando llegamos allí nos encontramos con una nutrida representación de vecinos de Navasfrías. 
Al finalizar la conferencia pudimos hablar con algunos de ellos, quienes entre chascarrillos y recuerdos de épocas pasadas, que mi padre se encargaba de sacar a colación, nos enteramos que gracias a unos fondos europeos Navasfrías se había integrado en la Red de Municipios Mineros 2.0


Dicha población salmantina, aprovechando esos fondos obtenidos a través de esa Red, había conseguido rehabilitar varias minas de wolframio de su localidad y poner en marcha un centro de interpretación minero en la villa; el cual recuperaba la memoria de todos aquellos vecinos de esa población que trabajaron durante años en ese sector extractivo que les permitió sobrevivir a los duros años de la posguerra.


Lamenté durante todo el día que nosotros en Acebo no nos hubiésemos adherido a ese proyecto; no por el hecho de conseguir unas simples subvenciones, si no más bien por no haber puesto en valor una parte de nuestro pasado industrial y haber rendido un sincero homenaje a todos aquellos vecinos de nuestro pueblo que durante una época fueron el motor de la economía local.


Esta Semana Santa he tenido la oportunidad de descubrir los restos de unas minas que desconocía hasta la fecha; ya que las que he visitado siempre han sido las situadas en Jálama, Montechico o Guijarro. La ruta senderista que me había planificado por la zona del Puerto de Perales, próxima a la fuente que abastece de agua a la población de Perales, tenía por objetivo visitar las enormes rocas de granito que allí se divisan; pero cuando empecé a recorrer la zona me encontré con restos de una actividad minera que desconocía en esa zona.


Varias bocas de minas talladas en sólidas paredes de granito aparecieron ante mis ojos. Su amplitud daban un poco idea de la importancia que tuvieron en una época. Además pude observar una inmensa roca con pequeñas perforaciones circulares, que ciertos estudiosos consideran que son cazoletas vinculadas a ciertos petroglifos de la época del Calcolítico y que debido a su proximidad a las minas me llevó a pensar que pudo ser usada para triturar el mineral extraído de las mismas.


Sin duda ha sido una oportunidad perdida que no sé si la volveremos a tener; pero lo cierto es que me gustaría enormemente contar en Acebo con un pequeño espacio en el que se recordase todo ese pasado minero de la localidad. Por el momento sirva este humilde blog para dicho fin.