Sierra de Gata es una tierra de contrastes y eso se traslada a su paisaje: junto al llano aparecen en el horizonte bellas montañas; frente al granito nos encontramos paisajes dominados por grandes lajas de pizarra; el regadío lucha contra enormes extensiones de terreno de secano; el roble, la encina y el alcornoque intentan reconquistar la tierra usurpada por el pino...........etc.
Uno de los más bellos paisajes berroqueños en Sierra de Gata y que en tiempos primitivos ya se convirtió en lugar de adoración de los primigenios pueblos hispanos es todo el entorno que rodeo el camino que lleva a la Ermita de la Virgen de la Peña.
En esa cúspide, desde la que se divisa la extensa campiña cillerana y las tierras de regadío moralejanas, encontramos restos de actividad humana desde antes de los albores de la civilización. Hay muestra de cazoletas por doquier, pero incluso hay testimonios o historias de lugareños que dicen haber encontrado puntas de flechas en piedra, objetos de la edad del bronce e incluso un enterramiento de esa edad en ese monte y que confirmarían dicho lugar como centro de adoración desde épocas primitivas.