domingo, 27 de diciembre de 2015

domingo, 20 de diciembre de 2015

CASTILLO DE SANTIBÁÑEZ EL ALTO, SAN JUAN DE MÁSCORAS

La Fortaleza de San Juan de Máscoras fue una de las joyas de la corona de la Orden de Alcántara y durante años se derramó ríos y ríos de sangre, tanto cristiana como islámica, con el fin de asegurar su control; ya que ésta era una de las puertas de entrada de la transierra extremeña.
            Se encuentra muy cerca del antiquísimo despoblamiento de Laconimurgo,  fundado por los Lacaos allá por el año 770 a. J.c., entre los ríos Trasga y Arrago.  
Su recinto amurallado se conserva prácticamente íntegro; aunque buena parte de él se ha convertido en el muro de muchas de las casas que se han construido a sus pies; incluso la plaza de toros aprovecha parte de esta muralla. La torre del homenaje ha desaparecido y en su lugar los vecinos de este pueblo decidieron instalar un camposanto. Este ha sido uno de los males menores; ya que una de las peores aberraciones que se han realizado en él fue la instalación de un repetidor de televisión.
 Dentro de las curiosidades que se pueden observar entre sus muros se encuentran las marcas que los canteros dejaron en los sillares que laboriosamente labraron durante siglos para levantar esta majestuosa construcción militar.


           Después de vencer el rey Don Fernando II de León a Dº Sancho, hijo del Rey de Portugal, en Argañán; éste se decidió a combatir a los moros pasando por el puerto del Perosin, tomando en  combate las villas y fortalezas de Santibáñez y Milana el día 24 de junio de 1185. Todo esto y Balderrago se lo dio al Temple, además de Trevejo, Almenara y Coria. Mientras que la villa de Alcántara se la donó al conde Armengol de Urgel. Los caballeros catalanes que acompañaron al conde  Armengol de Urgel en la conquista de estas tierras fueron: Arnal de Ponte, Berenguel Arnal, Arnal de Savangia, Beltrán de Tarascun, Pedro de Belvis, Bernal de Midia, Remon de Villalta.


Posteriormente esta fortaleza se perdería; hasta que el rey don Alonso IX, cuando volvía de tomar la villa Alcántara por Sierra de Gata, vio en lo alto y empinado de un monte limpio de padrastos el edificio de la fortaleza y de la villa de Santibáñez (fortaleza con su muralla, foso, y barbacana que la hacían inexpugnable) y se decidió a combatirla; ya que consideraba que no era bueno dejar tamaña fortaleza a sus espaldas y porque anteriormente había sido de su padre; además sus soldados tenían ganas de demostrar su valor. La combatió hasta que la tomó; dejando salir a  los moros que se encontraban en su interior. Posteriormente se la entregó al maestre D. Benito Suárez y a su Orden, confirmándoselo al maestre D. Arias Pérez.
En esta época Santibáñez incluía Gata, Villasbuenas, Fernán Pérez, El Campo, Torre D. Miguel Cadalso, Villanueva de la Sierra, y las aldeas de Torrecilla y el Fresno, y Pozuelo. El maestre formaría una encomienda y un priorato con título de comendador y prior de Santibáñez después de las Navas de Tolosa 1212. Esta encomienda era tan rica que el emperador Carlos V hizo de ella tres.
A esta encomienda se le dio una serie de privilegios con el fin de que se poblase. A medida que la población aumentaba, comienzan a surgir las reclamaciones ante los distintos reyes y ante los diferentes maestres de la Orden de Alcántara para que a algunas aldeas de su jurisdicción se las eximiese del pago de ciertos impuestos y a la vez para que no tengan que aportar hombres para la defensa del castillo, salvo en periodos de guerra.            
En 1220 la O. del Temple y su maestre Pedro Alviti entablaron pleito contra la O. de Alcántara por el control del castillo de San Juan de Máscoras. La reclamación se extendió durante mucho tiempo hasta que los templarios decidieron desistir de su posesión.  
Estos pleitos tenían su origen en que el rey Fernando II de León cuando conquistó San Juan de Mascoras se lo donó a la O. del Temple. Posteriormente se volvió a perder la fortaleza tras un ataque almohade y transcurridos unos años no será hasta 1212 cuando Alfonso IX la vuelva a recuperar dándosela al Perosin. Los templarios entablaran pleito hasta 1220. Toda esta política antitemplaria se debió al pacto que la Orden del Temple tenía con la monarquía lusa y a la fuerte expansión de ésta por la Beira Baixa.
En 1227 le dio el Rey al maestre Arias Pérez el derecho a poblar Salvaleón y al deslinde igual que se hizo con el deslinde de Santibáñez. Por lo que se ha de tener en cuenta que todo lo concerniente a la fortaleza y encomienda de San Juan de Mascoras servía de modelo para ordenar futuras conquistas.
Los conflictos con el Obispado de Coria por el control de estas tierras, así como por el cobro de impuestos como: diezmos, martiniegas, caloñas, etc se extiende a lo largo de los siglos. Hasta que se dictamina en 1233 que el obispo de Coria se lleve la tercera parte de los diezmos de todas las iglesias, lleve también el obispo un ducado de oro cada año por catedrático de cada una de las iglesias y otro por la procuración salvo de la iglesia de S. J. De Máscoras, de  donde se ha de llevar tres ducados de procuración de la de Milana dos y de Moraleja dos.
Este castillo era una de las paradas obligadas que tanto reyes como maestres utilizaban siempre y cuando realizaban el trayecto Ciudad Rodrigo-Coria-Valencia de Alcántara.
            Siendo Maestre de la Orden de Alcántara Dº Gonzalo Núñez de Oviedo se produjo un hecho que alteró la paz de la encomienda con su íntimo amigo el Rey Dº Alfonso de Castilla. Este Rey apreciaba especialmente la amistad y el valor de su Maestre cediéndole todos los derechos y rentas del reino;hasta que debido a las intrigas palaciegas, cuyo origen eran los intereses de Dª Leonor de Guzmán, con quién el Rey tenía varios hijos, la amistad se quebró. Esta dama junto con otros caballeros indispuso al Rey con el Maestre, debido a que éste se oponía a que el hermano de Dª Leonor, Dº Alonso Meléndez de Guzmán, fuese Maestre de la Orden de Santiago.
            El Rey llamó a la corte al Maestre pero éste avisado por algunos amigos de lo que Soberano pretendía huyó con algunos fieles suyos;mientras otros se apartaron de su servicio, mandándoles el rey que eligiesen un nuevo Maestre. Para este nuevo cargo propuso al Comendador de Santibáñez Dº Nuño Chamizo.
            Cuando Dº Gonzalo Núñez de Oviedo se enteró de la nueva elección de Maestre avisó al Rey de Portugal solicitándole ayuda para poder mantener bajo control los castillos en los que tenía acantonadas tropas; a cambio le cedería el castillo de Valencia de Alcántara, Piedrabuena, Santibáñez y algunos otros.
            En el momento en el que el Rey de Castilla se enteró de los tratos que mantenía el anterior Maestre con el rey de Portugal partió para Extremadura cercando al Dº Núñez de Oviedo en una de las fortalezas que tenía bajo su control hasta que en 1338 fue capturado y juzgado por traición imponiéndole la pena de muerte  (degollándolo y quemando su cuerpo).
Después de la guerra de la independencia española se convirtió en el refugio de los afamados bandoleros extremeños conocidos por el nombre de los Muchachos de Santibáñez;  los cuales extendieron el terror por todas estas tierras que permanecieron al margen de la ley durante años.

            Desde su muralla se pueden observar los bellos paisajes de Gata, Torre de Don Miguel, Villasbuenas y Hernán Pérez, incluso las últimas construcciones civiles hídricas que han servido para regar amplías zonas de esta serranía altoextremeña.




CASTILLO DE ELJAS

El Castillo de Eljas se encuentra en pleno centro del casco urbano.En lo alto de una colina se pueden descubrir los restos de lo que fue una de las fortalezas más importantes de Sierra de Gata y que según cuentan autores como Gervasio Velo y Nieto su origen pudo ser un antiguo asentamiento prerromano. Convirtiéndose en la época del imperio de los descendientes de Rómulo y Remo en un presidio del que derivaría su actual nombre; ya que Eljas podría proceder de la palabra Ergastulum, que significaría presidio.
            Gervasio Velo y Nieto se atreve a fijar la fecha de construcción en el año 890 de nuestra era, atribuyendo la construcción de la fortaleza a los hijos del Islam.
                Durante la invasión islámica de la península  esta zona pasó a depender de lo que Gervasio Velo y Nieto define como Al-kasaribn Abú Dané (el castillo de los hijos de Abú Dané). María Ángeles Pérez recoge de un texto de al-Idrisi la siguiente cita: En el Iqlim del Castillo incluye el castillo que le da nombre: Abu Danis, Evora, Badajoz, Jerez, Mérida, Qantarat al-sayf y Coria. Puede ser que Velo y Nieto se basase en esta cita para obtener ese dato.
            Esta fortaleza les sirvió a los musulmanes como vanguardia defensiva de una de sus joyas en estas tierras que era la ciudad de Quriya; la caurium de la época visigoda donde se asentaba uno de los obispados cristianos más importantes de la península.
            Después de sucesivos ataques por parte de las tropas cristianas terminó por caer en manos de las fuerzas lideradas por Santiago Apóstol. El rey Fernando II de León se la cedió el 10 de julio de 1168 a la Orden de Alcántara, la cuál establecería en esta localidad una encomienda; aunque el maestre de esta Orden hubo de insistir en que se le reconociese la tenencia sobre esta aldea que le había dado el Rey. Además a medida que avanzaba la reconquista los distintos Maestres ganaban e incorporaban nuevas tierras a las encomiendas que ya poseían. Como le sucedió al comendador García Sánchez que obtuvo Navasfrías con un término de una legua de contorno en 1219, anexionándola a la encomienda de Eljas. Esto lo hizo el rey Alfonso IX como agradecimiento a esta orden por defender la villa de Alcántara y para que lo pudiesen hacer con suficientes recursos.
                El Rey Fernando IV (el Santo) en el año 1234 entró por tierras de La Serena apoderándose de numerosas fortalezas y villas, entre ellas se quedó con Medellín. El Maestre de la orden de Alcántara Dº Pedro Yañez la gestionó durante un tiempo hasta que el Rey Fernando IV estableció un pleito con la Orden para aclarar a cuál de los dos le pertenecía. Finalmente el Rey por quedarse con Medellín hizo un cambalache con el Maestre y le donó la aldea de Herjes, aldea de Coria próxima a la frontera de Portugal y con un importante castillo valorado en 4000 ducados a cambio de Medellín.
Otros autores dicen que la fecha en la que el rey Fernando IV dona a la O. de Alcántara  Eljas fue el 13 de noviembre de 1302.
En 1303 el maestre Gonzalo Pérez Gallego asumió la tenencia de Herjes y sus vecinos la aceptaron; quedando inscrita en el Archivo de Alcántara el 1 de enero de 1304, figurando por testigos un gran número de vecinos de Coria, Badajoz, Salvaleón, Perosín, el Azevo y pasó ante el notario de Coria Martín Martínez.
Después de que el Maestre Gonzalo Pérez hubiese desapoderado a los templarios de la villa y puente de Alcántara el Rey le  confirmó la donación de la villa de Herjes 16 de octubre de 1308.



Por todos estos datos se puede comprobar que el Maestre de la Orden de Alcántara tuvo serias dificultades para hacerse con la posesión de la aldea de Eljas; aunque al final lo consiguió.
Durante las guerras civiles que asolaron estas tierras extremeñas en el siglo XV este castillo fue tomado al asalto por el celebre señor de Peñaparda, Fernán Centeno, el cual realizó infinidad de razzias por toda esta comarca y otras aledañas. Aunque no pudo mantener esta fortaleza mucho tiempo bajo su mando; ya que estando los duques de Arévalo interesados en darle el hábito de la Orden a su hijo, y al no poder conseguir este objetivo se aliaron con el hermano de Alonso de Monroy, Dº Hernando de Monroy, y le hicieron guerra al Maestre (Dº Alonso de Monroy) en todo el territorio de la Orden de Alcántara; apoderándose de la villa de Alcántara y asediando el resto de las fortalezas; obligando de esta manera a Hernando Centeno a entregar la fortaleza de Eljas.
            En 1641 es tomado por los portugueses y cuando éstos creían que podían llegar a perderlo ante el avance de las tropas españolas; el jefe del ejército portugués, Fernán Téllez de Meneses, lo mandó derruir hasta sus cimientos. Es por ello que lo poco que se conserva es parte de su torre del homenaje, otra pequeña torre y una entrada que nos conduce a una cámara subterránea que pudo servir de almacén o de alojamiento de los soldados y parte de los cimientos de lo que fue la muralla defensiva.


TORRE ALMENARA

La Torre Almenara tomaría su nombre del árabe y vendría a significar torre o sitio elevado. La fecha más probable de construcción se cree que pudiese ser el siglo IX.  
Ubicada en un monte entre las poblaciones de Torre de Don Miguel y Gata, se accede a ella por una pequeña carretera que comunica a ambas poblaciones. Antes de llegar a cualquiera de estas poblaciones y casi a la mitad de esta vía de comunicación existe un desvío señalizado por un cartel que pone A Balsa de Agua. Siguiendo esta pista forestal cobijada por un hermoso bosque de robles nos aparecen a uno y otro lado del camino, cual centinelas pétreos, bellas moles de piedra que nos conducen hasta la Torre Almenara. Entre estas piedras caballeras podemos contemplar una que nos recuerda a la cabeza de un águila, otra que parece una tabla de lavar la ropa, e incluso una que parece la cáscara rota de un huevo, por no hablar de la que parece la cabeza de un camaleón.
            Cuando llegamos a la cima de la montaña, después de dejar a un lado una pequeña pendiente tortuosamente pedregosa, se alza ante nosotros una torre de planta pentagonal construida en su mayor parte en mampostería y cuyos únicos sillares se encuentran en las esquinas de las paredes. Tiene delante de la puerta un baluarte redondo de piedra y cal y en él una puerta de roble muy vieja con que se cierra. Suben por una escalera de cantería a dar a otra de mano que está a la puerta de la torre.




            Desde esta torre se comunicaba cualquier novedad a las torres vecinas (Trevejo, Cadalso y Santibáñez) mediante señales de humo.          
Inicialmente fue donada a la O. del Temple y luego el  28 de abril de 1182 fue donada al afamado conde catalán y favorito de la corte, Dº Armengol de Urgel.  Posteriormente con la conquista definitiva por parte de Alfonso IX en 1212 se le entregó a la Orden de Alcántara quien la utilizó como baluarte defensivo durante decenios.
En uno de los muchos conflictos civiles que asolaron Extremadura durante el siglo XIV (1369) levantó pendones por el Rey de Portugal siguiendo los dictados del Maestre de la Orden de Alcántara DºMelén Suárez. Una vez derrotados por Dº Enrique de Trastamara esta fortaleza volvió a manos españolas; el mismo destino sufrieron otros enclaves militares como el castillo de Trevejo y de Santibáñez
Transcurridos algunos años fue tomada al asalto por el clavero de la Orden de Alcántara Dº Alonso de Monroy como estrategia en su enfrentamiento con el Maestre de la O. de Alcántara Gutiérrez Solis.
            Actualmente permanece muda ante las agresiones de los elementos y de las actuaciones de los expoliadores de yacimientos arqueológicos que con martillos neumáticos aguijonean sus paredes con la esperanza de encontrar alguno de los tesoros que supuestamente escondieron los hijos del Miramamolin de Marruecos.


sábado, 19 de diciembre de 2015

GERVASIO VELO NIETO

Gervasio Velo Nieto ha sido uno de los grandes historiadores que han nacido en Extremadura. Natural de Perales del Puerto fue un hombre polifacético. Fue comisario de policía para posteriórmente convertirse en médico. Pero su afición fue la historia, que supo contar como nadie en la Extremadura de la segunda mitad del siglo. 


Prolífico escritor, nos ha legado una infinidad de obras históricas a las que cualquiera de nosotros hemos tenido que recurrir en más de una ocasión para documentar nuestros trabajos. 






Hace unos años tuve la gran fortuna de poder hablar con uno de sus hijos, médico como Gervasio, que tuvo la gentileza de atenderme en su consulta y de regalarme dos ejemplares del libro de Castillos de Extremadura, además de otras obras escritas por su padre. Le comenté que me gustaría que Perales del Puerto le hiciese un homenaje a Gervasio; pero como suele suceder en nuestra tierra nadie de Perales del Puerto me hizo el más mínimo caso ante mi insistencia en homenajear a este gran estudioso de nuestra historia.
Pasados los años y mientras consultaba unos expedientes de consejos de guerra en el Archivo Histórico de la Defensa para uno de mis libros me encontré con un expediente a nombre de Gervasio Velo Nieto (Fondo Madrid, sumario 1316, legajo 2031). En el mismo se relataba con pelos y señales como Gervasio había salvado a varias personas de una muerte segura a manos de los milicianos que controlaban una de las chekas más siniestras que hubo en Madrid mientras Velo Nieto se encontraba destinado como policía en una comisaría de la calle Bola.
Por tanto Gervasio además de prolífico escritor fue una persona muy comprometida con su tierra y con sus semejantes. Ojalá algún día en Perales del Puerto estén dispuestos a reconocer a uno de sus más grandes personajes, más allá de ponerle sólo su nombre a una calle.    








CASTILLO DE TREVEJO

El Castillo de Trevejo es una de las construcciones militares de la época de la Reconquista que mejor se conservan; aunque el deterioro es cada vez mayor y amenaza con una ruina inminente de su torre del homenaje.
Construido sobre una elevada colina desde la que se puede contemplar su esbelta figura a gran distancia, esta gran mole de sillares de granito y mampostería fue un enclave muy ansiado en la época de los grandes reyes leoneses, castellanos y portugueses.





Todavía se puede apreciar parte del foso, la soberbia torre del homenaje y la casi totalidad del recinto amurallado. A los pies de este castillo y fuera de la muralla defensiva se pueden contemplar unas cuantas tumbas antropomórficas labradas en piedras, donde en teoría se enterró a aquellos monjes guerreros que fueron el azote de las fuerzas ismaelitas. Según cuenta Torres Tapia, en su crónica de la Orden de Alcántara, este tipo de enterramientos eran habituales entre los miembros de esta Orden Militar.




Llama especialmente la atención la torre del homenaje que guarda estrechas similitudes con las de los castillos de Coria y de San Felices de Gallegos, ambos construidos por orden del Duque de Alba



En un inicio fue conquistado en una de las innumerables razzias cristianas por Alfonso VII, el Emperador de las Españas; cediéndoselo primero a la Orden del Temple y  posteriormente, Fernando II en 1184, lo donaría a la Orden de San Juan de Jerusalén. Convirtiéndose en una de las pocas propiedades que esta Orden tenía en estas tierras.
Durante un breve espacio de tiempo esta fortaleza perteneció a la Orden de Santiago. El 20 de febrero de 1186 Fernando II donó el castillo de Trevejo a la orden de Santiago y más concretamente a su maestre Fernando Díaz, Señor de Fuenteencalada.
 Desde este baluarte defensivo se constituyó una encomienda que sería uno de los centros neurálgicos de la repoblación de estas tierras. Gracias a un documento de 1235 que se conserva sobre las lindes de Trebellio, como se denominaba antiguamente a Trevejo, podemos saber que en esa fecha ya existía Acebo, pues era uno de los límites de esa encomienda.
En las luchas entre el Maestre de la Orden de Alcántara y el Clavero de la misma fue tomado el castillo por Dº Alonso de Monroy cuando éste se escapó de su presidio en el convento de Alcántara. Primero se apoderó de la fortaleza de Robledillo y desde ésta se apropió de la de Trevejo, arrebatándosela a frey Diego Bernal comendador de la Orden de San Juan.



Posteriormente tuvo que devolver la fortaleza al Maestre una vez que el Rey se reconcilió con sus adversarios. Pero cuando surgieron de nuevo los problemas entre el Rey Dº Enrique IV y un grupo de nobles (Conde de Plasencia, Duque de Medina), este monarca le dio instrucciones al Clavero Dº Alonso de Monroy, el cinco de junio de 1465, para que le arrebatase la fortaleza a Diego Bernal. Cuando el Clavero recibió las instrucciones juntó gentes de guerra y se fue contra la fortaleza, que como se ha comentado la tenía Frey Diego Bernal, caballero de San Juan. La tomó por la noche mediante escalas. 


Más tarde se apoderó de ella el celebérrimo bandido Fernán Centeno, señor de Peñaparda, que desde su castillo de Rapapelo situado entre Navasfrías y el Payo asoló parte de la comarca haciéndose fuerte en los castillos de Eljas y de Trevejo.  Hasta que a petición de los Reyes Católicos se retiró a Acebo en 1480, haciendo grandes obras de caridad, y con la tranquilidad de estar bajo la protección del duque de Alba hasta su muerte en Coria y posterior traslado de su cuerpo a la catedral de Ciudad Rodrigo. Aunque según otros datos parece ser que fue obligado por unos nobles a entregar la fortaleza el 26 de junio de 1480.

Durante la invasión francesa fue volado debido a la inseguridad que este tipo de construcciones generaba a la tropa gabacha; ya que solía ser habitual refugio de los guerrilleros que operaban en esta comarca serrana.

jueves, 17 de diciembre de 2015

EL COMERCIO DE WOLFRAMIO ENTRE 1940 Y 1960 Y SUS EFECTOS EN ACEBO (CÁCERES)

El wolframio se convirtió en un maná que inundó la Sierra y sirvió en los duros años de la posguerra como una extraordinaria fuente de ingresos para infinidad de familias serranas que gracias a él pudieron capear mejor los efectos de una guerra civil que arruinó el país.


En Acebo, al igual que en otros pueblos serranos, surgió toda una industria y una cultura alrededor de este mineral, que incluso llegó a tener una copla que fue cantada una y mil veces por el conocido ciego de Perales.


El ciego de Perales

Las huellas de todas esas heridas que se le hicieron a la tierra en forma de minas aún hoy son visibles y en algunas de ellas todavía se puede entrar para observar las entrañas de una tierra que supo ser generosa con sus gentes en una época de máxima necesidad.


Explotación minera del Montechico Acebo

En el año 2009 decidí abordar por escrito los efectos que tuvo esa fuente de materia prima, que fue el mineral de wolframio, en la sociedad de Sierra de Gata y más concrétamente en la población de Acebo. Y como esos efectos son los mismo que se repiten en muchas poblaciones subdesarrolladas del mundo, que de la noche a la mañana se encuentran con esos minerales o fuentes energéticas por las que se pagan precios astronómicos y que son capaces de comprar voluntades, generar guerras y destrozar países.































miércoles, 16 de diciembre de 2015

SIERRA DE GATA EN LOS MAPAS

Existe un amplio catálogo de mapas históricos en los que se recoge la cartografía de Sierra de Gata y los pueblos que la integraban en cada una de las épocas en los que fueron dibujados. 
A modo de ejemplo cuelgo en este blog algunos de los que obran en mi poder para que el lector pueda apreciar la evolución histórica de nuestra Comarca.