La necrópolis de la Navelonga consta de dos asentamientos claramente diferenciados; uno de ellos se ubica en un olivar y el otro, muy cerca del primero, en una finca cuyo uso lejano fue el de una huerta para el auto abastecimiento familiar y que en la actualidad se encuentra abandonada.
Las tumbas también difieren de un emplazamiento a otro; mientras que las que se encuentran en el olivar tienen un pequeño reposacabeza y un reborde en sus extremos, las que se se hallan en la otra finca son totalmente uniformes y sin ninguna elevación del perímetro. Sin embargo ambos grupos de tumbas presentan claras diferencias con las otras que se pueden visitar en otros municipios como: Acebo, Trevejo, San Martín de Trevejo o Perales del Puerto; ya que en las de esta necrópolis cillerana no se han esculpido la figura humana del fallecido.
Esta necrópolis vuelve a confirmar la presencia de lugares de enterramiento cercanos a santuarios y centros de culto; así como su orientación al noroeste.
Ambos grupos de tumbas ratifican a su vez la presencia de grupos familiares más o menos numerosos; ya que en todos ellos parece vislumbrarse la presencia de una tumba para el varón y otra para una mujer, así como otras más pequeñas. En total esta zona de enterramiento consta aproximadamente de unos siete sarcófagos pétreos.