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martes, 8 de marzo de 2016

JUAN ACEDO RICO, CONDE DE LA CAÑADA


La familia Godínez de Paz se extendió desde Villamiel por toda Sierra de Gata. Una rama de esa familia se estableció en Acebo donde era poseedora de un molino por concesión del Duque de Alba.
                La familia que regentaba el molino en nombre de los Godínez de Paz tuvo un hijo con un gran potencial intelectual, sus padres hicieron todos los esfuerzos para que el chico se hiciese cura. A este cura, hijo de molinero, le salió un sobrino igual de inteligente que él; pero que no quería hacerse sacerdote.
El joven sobrino del cura estudió sus primeros años en el Convento de Acebo; luego se marchó a la Universidad de Salamanca donde le protegió el villamelano José de Jerez, catedrático de dicha Universidad.
                Había nacido en Acebo en 1760 y su nombre era Juan Acedo Rico. Formó parte de los manteístas, los universitarios pobres que se enfrentaban a los colegiales universitarios de origen noble formados en los colegios mayores.
                Cuando terminó los estudios universitarios, Juan Acedo Rico, pasó a formar parte de los golillas, partido político del Conde de Floridablanca.
                Fue nombrado abogado del Consejo de Castilla. Sus escritos alcanzaron muy pronto fama por su rigor jurídico: Apuntamientos prácticos para todos los trámites de los juicios civiles, así ordinarios como extraordinarios, que se empiezan, continúan, y acaban en los tribunales reales. Observaciones prácticas sobre los recursos de fuerza: modo y forma de introducirlos, continuarlos y determinarlos en los tribunales reales superiores. Aunque el que le consagró fue: Exposición de un breve, en el cual el Papa Pío VI concedió a Carlos III y sus sucesores facultad de percibir algunas rentas eclesiásticas para emplearlas en los piadosos fines de S.M. Con este estudio se legalizaba el que la Corona se podía quedar con la tercera parte de las rentas de todas las capellanías incongruas del país. La Corona le premió con el título de Conde de la Cañada en 1789.
                Se casó con una Amat, familia de rancio abolengo, y unió sus dos apellidos Juan Acedo-Rico y Rodríguez. Cuando el Conde de Floridablanca cayó en desgracia él también perdió sus privilegios. Volvió a Acebo y se construyó un caserón que todavía se encuentra en pie. En 1816 nació su hijo Rafael, segundo Conde de la cañada y teniente General. El primer Conde de la Cañada murió en Madrid en 1821.