La Fortaleza de San Juan de Máscoras fue una de las joyas de la corona
de la Orden de Alcántara y durante años se derramó ríos y ríos de sangre, tanto
cristiana como islámica, con el fin de asegurar su control; ya que ésta era una
de las puertas de entrada de la transierra extremeña.
Se
encuentra muy cerca del antiquísimo despoblamiento de Laconimurgo, fundado por
los Lacaos allá por el año 770 a. J.c., entre los ríos Trasga y Arrago.
Su recinto amurallado se conserva
prácticamente íntegro; aunque buena parte de él se ha convertido en el muro de
muchas de las casas que se han construido a sus pies; incluso la plaza de toros
aprovecha parte de esta muralla. La torre del homenaje ha desaparecido y en su
lugar los vecinos de este pueblo decidieron instalar un camposanto. Este ha
sido uno de los males menores; ya que una de las peores aberraciones que se han
realizado en él fue la instalación de un repetidor de televisión.
Dentro de las curiosidades que se
pueden observar entre sus muros se encuentran las marcas que los canteros
dejaron en los sillares que laboriosamente labraron durante siglos para
levantar esta majestuosa construcción militar.
Después de
vencer el rey Don Fernando II de León a Dº Sancho, hijo del Rey de Portugal, en
Argañán; éste se decidió a combatir a los moros pasando por el puerto del
Perosin, tomando en combate las villas y fortalezas de Santibáñez y
Milana el día 24 de junio de 1185. Todo esto y Balderrago se lo dio al Temple,
además de Trevejo, Almenara y Coria. Mientras que la villa de Alcántara se la
donó al conde Armengol de Urgel. Los caballeros catalanes que acompañaron al
conde Armengol de Urgel en la conquista de estas tierras fueron: Arnal de
Ponte, Berenguel Arnal, Arnal de Savangia, Beltrán de Tarascun, Pedro de
Belvis, Bernal de Midia, Remon de Villalta.
Posteriormente esta fortaleza se perdería;
hasta que el rey don Alonso IX, cuando volvía de tomar la villa Alcántara por
Sierra de Gata, vio en lo alto y empinado de un monte limpio de padrastos el
edificio de la fortaleza y de la villa de Santibáñez (fortaleza con su muralla,
foso, y barbacana que la hacían inexpugnable) y se decidió a combatirla; ya que
consideraba que no era bueno dejar tamaña fortaleza a sus espaldas y porque
anteriormente había sido de su padre; además sus soldados tenían ganas de
demostrar su valor. La combatió hasta que la tomó; dejando salir a los
moros que se encontraban en su interior. Posteriormente se la entregó al
maestre D. Benito Suárez y a su Orden, confirmándoselo al maestre D. Arias
Pérez.
En esta época Santibáñez incluía Gata,
Villasbuenas, Fernán Pérez, El Campo, Torre D. Miguel Cadalso, Villanueva de la
Sierra, y las aldeas de Torrecilla y el Fresno, y Pozuelo. El maestre formaría
una encomienda y un priorato con título de comendador y prior de Santibáñez
después de las Navas de Tolosa 1212. Esta encomienda era tan rica que el
emperador Carlos V hizo de ella tres.
A esta encomienda se le dio una serie de
privilegios con el fin de que se poblase. A medida que la población aumentaba,
comienzan a surgir las reclamaciones ante los distintos reyes y ante los
diferentes maestres de la Orden de Alcántara para que a algunas aldeas de su
jurisdicción se las eximiese del pago de ciertos impuestos y a la vez para que
no tengan que aportar hombres para la defensa del castillo, salvo en periodos
de
guerra.
En 1220 la O. del Temple y su maestre
Pedro Alviti entablaron pleito contra la O. de Alcántara por el control del
castillo de San Juan de Máscoras. La reclamación se extendió durante mucho
tiempo hasta que los templarios decidieron desistir de su posesión.
Estos pleitos tenían su origen en que el
rey Fernando II de León cuando conquistó San Juan de Mascoras se lo donó a la
O. del Temple. Posteriormente se volvió a perder la fortaleza tras un ataque
almohade y transcurridos unos años no será hasta 1212 cuando Alfonso IX la
vuelva a recuperar dándosela al Perosin. Los templarios entablaran pleito hasta
1220. Toda esta política antitemplaria se debió al pacto que la Orden del
Temple tenía con la monarquía lusa y a la fuerte expansión de ésta por la
Beira Baixa.
En 1227 le dio el Rey al maestre Arias
Pérez el derecho a poblar Salvaleón y al deslinde igual que se hizo con el
deslinde de Santibáñez. Por lo que se ha de tener en cuenta que todo lo
concerniente a la fortaleza y encomienda de San Juan de Mascoras servía de
modelo para ordenar futuras conquistas.
Los conflictos con el Obispado de Coria
por el control de estas tierras, así como por el cobro de impuestos como:
diezmos, martiniegas, caloñas, etc se extiende a lo largo de los siglos. Hasta
que se dictamina en 1233 que el obispo de Coria se lleve la tercera parte de
los diezmos de todas las iglesias, lleve también el obispo un ducado de oro
cada año por catedrático de cada una de las iglesias y otro por la procuración
salvo de la iglesia de S. J. De Máscoras, de donde se ha de llevar tres
ducados de procuración de la de Milana dos y de Moraleja dos.
Este castillo era una de las paradas obligadas
que tanto reyes como maestres utilizaban siempre y cuando realizaban el
trayecto Ciudad Rodrigo-Coria-Valencia de Alcántara.
Siendo
Maestre de la Orden de Alcántara Dº Gonzalo Núñez de Oviedo se produjo un hecho
que alteró la paz de la encomienda con su íntimo amigo el Rey Dº Alfonso de
Castilla. Este Rey apreciaba especialmente la amistad y el valor de su Maestre
cediéndole todos los derechos y rentas del reino;hasta que debido a las
intrigas palaciegas, cuyo origen eran los intereses de Dª Leonor de Guzmán, con
quién el Rey tenía varios hijos, la amistad se quebró. Esta dama junto con
otros caballeros indispuso al Rey con el Maestre, debido a que éste se oponía a
que el hermano de Dª Leonor, Dº Alonso Meléndez de Guzmán, fuese Maestre de la
Orden de Santiago.
El Rey
llamó a la corte al Maestre pero éste avisado por algunos amigos de lo que
Soberano pretendía huyó con algunos fieles suyos;mientras otros se apartaron de
su servicio, mandándoles el rey que eligiesen un nuevo Maestre. Para este nuevo
cargo propuso al Comendador de Santibáñez Dº Nuño Chamizo.
Cuando
Dº Gonzalo Núñez de Oviedo se enteró de la nueva elección de Maestre avisó al
Rey de Portugal solicitándole ayuda para poder mantener bajo control los castillos
en los que tenía acantonadas tropas; a cambio le cedería el castillo de
Valencia de Alcántara, Piedrabuena, Santibáñez y algunos otros.
En el
momento en el que el Rey de Castilla se enteró de los tratos que mantenía el
anterior Maestre con el rey de Portugal partió para Extremadura cercando al Dº
Núñez de Oviedo en una de las fortalezas que tenía bajo su control hasta que en
1338 fue capturado y juzgado por traición imponiéndole la pena de muerte
(degollándolo y quemando su cuerpo).
Después de la guerra de la independencia
española se convirtió en el refugio de los afamados bandoleros extremeños
conocidos por el nombre de los Muchachos de Santibáñez; los cuales
extendieron el terror por todas estas tierras que permanecieron al margen de la
ley durante años.
Desde su
muralla se pueden observar los bellos paisajes de Gata, Torre de Don Miguel,
Villasbuenas y Hernán Pérez, incluso las últimas construcciones civiles
hídricas que han servido para regar amplías zonas de esta serranía
altoextremeña.