viernes, 27 de septiembre de 2024

CUARTEL DE ARTILLERÍA DEL EJÉRCITO DE LA IZQUIERDA EN ACEBO, Guerra de la Independencia

 


Cuartel de Monteleón Madrid

En 1808 comienza la llamada guerra de la Independencia española cuando las masas populares se levantaron contra el invasor francés. Durante seis largos años la península Ibérica se convirtió en un campo de batalla contra el genocida Napoleón, al que aún hoy en día los gabachos le rinden culto en su mausoleo de París. La cultura Woke no ha tenido "bemoles" de llegar a exigir la demolición de dicho mausoleo y que los restos de este criminal de guerra fuesen arrojados a lo más profundo del Océano Pacífico, allá por un sitio especialmente querido por los gabachos como es Mururoa. 
Pero, bueno centrémonos en esta etapa histórica un poco olvidada en Sierra de Gata. Todos conocemos los hechos luctuosos que ocurrieron en algunas poblaciones como el asesinato salvaje del obispo Álvarez de Castro o de algunos vecinos de la villa de Gata y de la población de Perales del Puerto; así como la destrucción y saqueo de templos y poblaciones por toda la comarca. Pero lo que si es desconocido para la gran mayoría es que hubo un cuartel general del Ejército de la Izquierda en San Martín de Trevejo; donde posteriormente, una vez finalizada la guerra, se instalaría  la sede del Corregimiento de Jálama.
Este Ejército de la Izquierda, comandado por el Marqués de la Romana, hostigó al ejército imperial napoleónico por toda la región extremeña, la provincia de Salamanca y buena parte de Portugal; y aunque el mando se encontraba en la villa mañega su cuartel de artillería se ubicó en Acebo. Su localización exacta en dicha población sigue siendo un misterio y ni tan siquiera la toponimia local conserva algún recuerdo del mismo; pero un par de hallazgos arqueológicos de dos balas de cañón nos han confirmado su presencia en esta población de Sierra de Gata. Una de ellas fue localizada incrustada en los restos de un tronco de un árbol a los pies del monte de la Osa, a las afueras de Acebo. 



Bala de cañón encontrada en Acebo


Casa en la que estuvo el cuartel general del
Duque de Wellington (Fuenteguinaldo (Salamanca))


Placa conmemorativa en Fuenteguinaldo (Salamanca)
que recuerda la ubicación exacta del 
cuartel general del Duque de Wellington



Cuartel de Monteleón de Madrid



Escultura de la muerte de Manuela Malasaña, heroína de la Guerra 
de la Independencia



El inefable Fernando VII


Pepe Botella, José Bonaparte 


John Downie Forrester, "Juanito"
Comandante en Jefe del cuerpo de ejército
La Legión Extremeña





lunes, 16 de septiembre de 2024

EL POZO DEL TIO BORRACHO, ACEBO

Uno de los grandes paraísos que tiene la naturaleza de Acebo es el llamado Pozo del Tío Borracho. Imaginamos que el nombre deriva de algún seguidor y discípulo del Dios Baco y que de una manera anónima nos representa un poco a todos aquellos que amamos esa chispa que nos aporta todas esas bebidas de fermentación natural; y que una vez traspasados ciertos límites nos transforman en beodos somnolientos que imaginamos mundos moldeados a nuestro antojo.

El  Pozo del Tío Borracho fue y es una de las zonas de baño preferidas por los autóctonos acebanos, sobre todo por aquellos que demandan una cierta intimidad y un contacto más profundo con la naturaleza, lejos del ruido de unas masas que en los últimos tiempos han distorsionado la apacible calma de otras dos de las zonas tradicionales de baño de Acebo como son Jevero y Carreciá.

Atrapado este precioso enclave natural por una pista asfaltada a su derecha y por los límites de una finca a su izquierda pasa inadvertido para la mayor parte de los visitantes; pero además en los últimos tiempos las crecidas invernales han ido drenando lo que en otro tiempo fue un profundo pozo y en la actualidad se ha convertido en una agradable charca de aguas cristalinas en las que truchas, barbos y bogas disfrutan de una cierta tranquilidad.

A mi memoria vienen estampas costumbristas de cuando antaño mi familia pasaba largas etapas del verano en este rincón disfrutando de un día de campo; en el que los mayores nos enseñaban a nadar a los más pequeños o simplemente disfrutaban haciéndonos aguadillas mientras nuestra madres sacaban las tarteras, de improvisadas neveras, repletas de filetes empanados con sus correspondientes patatas fritas que eran devorados por una infancia hambrienta después de intensas horas de baños. 


























ODANATAS, ANISOPTERAS, LIBÉLULAS, CAPERRÚS Y OTROS INSECTOS DE ACEBO

Cuando éramos pequeños y el río del pueblo era nuestra mayor atracción en el verano uno de nuestros pasatiempos preferidos era perseguir a las libélulas que por estos lares eran conocidas por el curioso nombre de Caperrús.
Nos tirábamos horas y horas intentando capturarlas y he de decir que yo jamás conseguí atrapar a ninguna de ellas, al igual que les sucedió a todos aquellos que me acompañaron en aquellas arduas jornadas de caza entomólogas.
Hoy en día, después de una lectura minuciosa de un informe medioambiental sobre una zona agrícola de Acebo, me entero que las odanatas o las tradicionales caperrús de Acebo se encuentran en peligro de extinción. 
Mucho ha cambiado Acebo y su economía y con el paso de los años no sólo han desaparecido personas, si no que también vemos como han ido desapareciendo explotaciones agrarias y cultivos que han quebrado la cadena alimenticia haciendo desaparecer una rica biodiversidad que antaño abundaba por todos los rincones de nuestra comarca.
En la actualidad el bosque y la naturaleza han ganado terreno y han colonizado antiguas tierras de cultivo y de pastoreo, pero ello no ha significado que la biodiversidad se haya extendido en igual medida, si no que por el contrario en numerosos casos ha llegado a desaparecer de ciertas zonas.  
Este verano intentando rememorar aquellas cacerías infantiles volví a perseguir a esas maravillas de la naturaleza que son los caperrús o libélulas, pero esta vez con una cámara de fotos que las inmortalizasen para este humilde blog; así como a otros insectos de la campiña acebana que también corren el peligro de desaparecer como sucede con las adanatas.