Abogado y escritor nacido en Oviedo (Asturias)
el 3 de enero de 1853, hermano del catedrático y escritor Gerardo Berjano
Escobar. En esa ciudad cursó sus estudios de bachillerato y Derecho, carrera
que alternó con el ejercicio de la literatura.
Publicó
numerosos trabajos en periódicos de la capital asturiana, como El Eco de
Asturias, El Faro de Asturias y, al licenciarse, en El Carbayón. Los temas
tratados en sus artículos tocan desde la investigación histórica hasta los
artísticos; aunque destacan, por la profundidad de su tratamiento, los que
abordan la jurisprudencia.
En 1879
comenzó a ejercer el cargo de Registrador de la Propiedad en algunas poblaciones
de Extremadura, alcanzando la presidencia de la Junta Central de ese cuerpo en
tres ocasiones diferentes.
Ramón Menéndez
Pidal ensalzó su labor como intelectual en la Revista de Extremadura, fundada y
dirigida por Daniel Berjano hasta su suspensión en 1911: «ejemplo de espíritu
de observación, despierto a todo lo interesante que le rodea, tanto más
estimable en medio de la indiferencia mental que entre nosotros predomina».
Fue nombrado
en 1901 miembro de la Academia de la Historia; y la de las Bellas Artes de San
Fernando premió en 1918 su continua labor en el campo de la investigación
artística con el nombramiento de académico correspondiente de la misma.
Suyas son las
obras siguientes: Costumbres jurídicas de Sierra de Gata (1901), Poetas
placentinos contemporáneos de Lope de Vega (1901), Extremadura en las obras de
Cervantes (1905), El pintor Luis de Morales, el Divino (1918), El pintor Juan
Carreño de Miranda: 1614-1685. Su vida y sus obras (1925), París en MDXCVIII:
La Corte de Enrique IV en Francia vista por un español coetáneo (1932), firmado
con el seudónimo de Bachiller de Trebejo.
Daniel Berjano Escobar fue un
personaje clave en el mundo de la cultura de Extremadura, sin ser extremeño fue
de los intelectuales que más hicieron por la cultura en nuestra Tierra.
Además es uno de los pioneros que comenzó a realizar estudios serios sobre
Sierra de Gata, gracias a él sabemos de las costumbres jurídicas que a
principios de siglo regían en nuestra Comarca. Una pena que parte de la élite
cultural extremeña no hubiese seguido su ejemplo.
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