Cuando hablamos de los quesos de cabra de Sierra de Gata podríamos pasarnos horas y días debatiendo sobre la histórica tradición quesera de nuestra comarca y muy posiblemente nunca alcanzaríamos un consenso de qué queso era el mejor y en qué localidad se elaboraban los mejores quesos. Es un debate que nos retrotrae a décadas pasadas cuando las pastorías de cabras campaban a sus anchas por los intrincados riscos de nuestras montañas. Hoy en día todo aquello se evaporó y los millones de horas trabajadas por nuestras gentes: levantando majadas, corrales para el ganado, paredes de piedra seca para delimitar las fincas y adaptando el medio a las necesidades humanas y de sus ganados han quedado en el olvido y en el ambiente se respira un sentimiento de que todo ese esfuerzo sobrehumano fue inútil y gratuito para unas administraciones que han abandonado a estas tierras y a lo que queda de sus gentes al olvido y a la gentrificación.
Pero no todo son lloros y lamentos todavía podemos encontrarnos con unos cuantos resilientes que nos hacen sentirnos orgullosos de pertenecer a una estirpe de gentes luchadoras y defensoras de nuestra tierra y de nuestras raíces.
Dos familias son las que mantienen la tradición quesera de Sierra de Gata. Una de ellas es la que gestiona la quesería La Rozay en Hoyos y la otra es la que mantiene una explotación caprina que sirve como aprovisionamiento de leche para elaborar unos quesos de varios tipos que se venden en la quesería El Rañal en Perales del Puerto.
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