Cuando tenía alrededor de 11 años tuve la gran suerte de que mi padre me llevase a una de sus jornadas de pesca furtiva en uno de los ríos de Sierra de Gata más espectaculares que he podido llegar a conocer. La zona es conocida por el nombre de Las Potras y la pena es que hace unas décadas se construyó allí un embalse que anegó todo ese tramo del río, perdiéndose todo un paraje de gran valor ecológico y paisajístico.
En esa zona que se encuentra entre Perales del Puerto y Villasbuenas de Gata también se hallan los restos de un castro de la época del calcolítico conocido por el nombre de Castillejo. Me imagino que sus habitantes también debieron pescar tal y como yo lo hice ese día con mi padre, El Cordobés y mis tíos. Todos ellos me enseñaron a triturar las raíces del Ambui (cicuta), planta desoxigenadora, que una vez introducidas en las cuevas de los peces, horadadas por las corrientes en las grandes rocas de ese río, conseguíamos que éstos saliesen de sus refugios para caer en las redes de nuestros tresmallos (trasmallos).
Este modo de pesca sirvió durante décadas como fuente de ingreso a muchas familias, además de ser la única opción de comer pescado fresco en nuestra comarca.
Como recuerdo de ese precioso día de mi infancia escribí en el año 2012 un artículo que la Revista de Estudios Extremeños publicó en su número dos de ese año. Adjunto el enlace de dicho artículo para todos aquellos a los que os interese el mismo; ya que en él se explica de manera minuciosa toda esa tradición pesquera en nuestros ríos.
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