jueves, 17 de diciembre de 2015

EL COMERCIO DE WOLFRAMIO ENTRE 1940 Y 1960 Y SUS EFECTOS EN ACEBO (CÁCERES)

El wolframio se convirtió en un maná que inundó la Sierra y sirvió en los duros años de la posguerra como una extraordinaria fuente de ingresos para infinidad de familias serranas que gracias a él pudieron capear mejor los efectos de una guerra civil que arruinó el país.


En Acebo, al igual que en otros pueblos serranos, surgió toda una industria y una cultura alrededor de este mineral, que incluso llegó a tener una copla que fue cantada una y mil veces por el conocido ciego de Perales.


El ciego de Perales

Las huellas de todas esas heridas que se le hicieron a la tierra en forma de minas aún hoy son visibles y en algunas de ellas todavía se puede entrar para observar las entrañas de una tierra que supo ser generosa con sus gentes en una época de máxima necesidad.


Explotación minera del Montechico Acebo

En el año 2009 decidí abordar por escrito los efectos que tuvo esa fuente de materia prima, que fue el mineral de wolframio, en la sociedad de Sierra de Gata y más concrétamente en la población de Acebo. Y como esos efectos son los mismo que se repiten en muchas poblaciones subdesarrolladas del mundo, que de la noche a la mañana se encuentran con esos minerales o fuentes energéticas por las que se pagan precios astronómicos y que son capaces de comprar voluntades, generar guerras y destrozar países.































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