Las drogas en
Sierra de Gata aparecieron en la década de los 80 de una manera arrolladora,
entre 10 y 15 años mas tarde de lo que lo hicieron en el resto del Estado
Español. Aquí al igual que en otras partes de la geografía española vino de la
mano de una juventud inconformista que experimentaba nuevas sensaciones a
través de la infinidad de grupos musicales que en aquellas épocas hicieron de
las drogas una seña de identidad; pero además la casuística de la emigración de
nuestra comarca favoreció el que en las temporadas de vacaciones toda aquella
juventud descendiente de emigrantes, o emigrantes en sí misma, importasen a
nuestra comarca nuevas formas de ocio asociadas al consumo de drogas que eran
habituales en sus zonas de convivencia, fundamentalmente entre la que procedía
de Euzkadi, Francia, Madrid o Barcelona.
Especialmente
la juventud procedente de Euzkadi era la que tenía por esas fechas un contacto
más directo con las drogas y la que más divulgación hizo de las mismas en
nuestra Comarca. Por aquella década Euzkadi sufrió la invasión de determinadas
drogas como la heroína, la cual fue utilizada como arma desmovilizadora de las
bases juveniles de la izquierda abertzale.
Por paradójico
que parezca y a pesar de contar Sierra de Gata con algunos núcleos de población
de arraigada tradición contrabandista, la oferta de drogas en la Sierra no vino
inicialmente de la mano de los contrabandistas tradicionales; sino que estos se
reciclarán y abandonarán el contrabando de otras mercancías cuando vean lo
lucrativo del nuevo negocio.
Con el tiempo
surgirán puntos de venta de droga por muchas de las poblaciones serranas, que
se verán complementados con la venta de estas sustancias a manos de individuos
que procedentes de fuera de la Comarca venderán entre sus conocidos parte de la
mercancía que traen para autoconsumo.
La tipología
de las drogas con el paso de los años ha ido variando, al igual que el perfil
del consumidor. En la década de los 80 las drogas predominantes eran: La
heroína, el hachís y las anfetaminas, con especial predilección por el speed; y
en mucha menor medida se encontraba el consumo de cocaína.
El culto a las
drogas a través de la música, el desconocimiento de las consecuencias del
consumo de las mismas y determinados libros apologéticos sobre el consumo de
drogas, como Historias de las Drogas de Antonio Escohotado, llevaron a un ejército
de jóvenes nacidos en la década de los 60 a adentrarse en un mundo oscuro del
que a muchos les ha sido muy difícil salir sin algún tipo de secuela.
En la actualidad
las drogas se han extendido como la peste por todas las poblaciones de la
sierra teniendo un puesto especial entre todas ellas la cocaína seguida de la
anfetaminas, éxtasis, hachís y marihuana; quedando relegada a un puesto
marginal la heroína. Incluso comienza a ser bastante común que las fuerzas de
seguridad realicen aprehensiones de drogas cultivadas y producidas en los
pueblos de la comarca. Lo que está por ver será qué tipo de secuelas dejarán
muchas de estas nuevas drogas de diseño entre la juventud serrana.
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