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miércoles, 24 de abril de 2019

ALTAR PREHISTÓRICO EN ACEBO

Esta Semana Santa ha sido muy intensa en todos los aspectos; pero aun así he podido disfrutar al máximo de todas mis aficiones y amistades en Acebo. Uno de mis mayores placeres cuando estoy en esta localidad de Sierra de Gata es pasear por el campo y descubrir la presencia humana desde tiempos inmemoriales. Hasta la fecha casi todo lo que he visto se corresponde con la actividad agrícola-ganadera que en los últimos siglos fue la economía básica de las gentes de esta población, no existiendo restos anteriores más allá del siglo XiX. Sin embargo mi gran amigo KiKo “El Cazador” me sugirió nada más llegar que le acompañase a una zona que recientemente había visitado en la que creía haber visto  cazoletas y alveolos grabados en enormes rocas de granito.


Roca alveolar


cazoleta


cazoletas


El aperitivo de ese día se había alargado más de la cuenta y se había juntado con el tradicional campeonato del juego de La Raya y aunque ya era un poco tarde me animé a acompañarle, a pesar de la oposición de mi mujer y de mi hija que querían que me quedase para participar con ellas en el campeonato de La Raya.
Las primeras cazoletas grabadas en las piedras que me enseñó Kiko podían inducir a dudas, ya que podían ser fruto de la erosión o incluso de la tradicional actividad del pastoreo y que hubiesen sido los pastores los que las hubiesen tallado en la roca para que sirviesen de abrevadero a sus ganados. Pero según avanzamos a la parte más alta de la colina me recomendó que explorásemos una de las mayores rocas de granito que allí se encontraban. Esa mole estaba repleta de alvéolos y de cazoletas y todos ellos estaban orientados hacia Jálama, deidad prerromana como así confirman infinidad de estudios. Desde la cumbre de esa pequeña elevación se tiene una panorámica de todo el entorno y se puede divisar un amplio espacio de terreno que va desde Jálama, la Presa de la Monja, Teso Porras, Puerto de Perales, Pantano del Borbollón, El Coto, hasta llegar de nuevo a Jálama; es decir una visión de 360 grados. 
A continuación muestro las fotografías que tomé de todas esas rocas que me inducen a pensar que nos encontramos ante los restos de lo que fue un antiguo lugar de culto, cuyas rocas constituirían primitivos altares prehistóricos e incluso una de ellas, como bien me dijo KiKo, se asemejaba bastante a un pequeño trono o asiento con reposabrazos. La zona además está rodeada de corrientes de agua, bien acuíferos como los de la zona de Los Veneros o bien por cauces de arroyos que nutren de agua al río Lágina y al regato Linar, condición esta indispensable en todo este tipo de hallazgos arqueológicos.
De confirmarse esta teoría, y a la espera de una inspección más detenida de la zona y del entorno, estaríamos ante un importante hallazgo arqueológico; ya que confirmaría el culto a deidades naturales como es en este caso la montaña de Jálama; que mediante libaciones en rocas graníticas, como hacían los antiguos pueblos prehistóricos de Extremadura,  rendirían culto a las deidades naturales tal y como como se ha demostrado en hallazgos similares en la zona de Valencia de Alcántara y en los Barruecos.







cazoleta














La cara del perro 



Cazoletas






Kiko "El Cazador"



El Trono 


La Libertad Efímera

miércoles, 20 de diciembre de 2017

EL LOBO CERVAL EN ACEBO

El Lobo Cerval, unos vocablos tan sugerentes como enigmáticos que la primera vez que se los escuché a alguien fue a mi colega de aventuras Kiko "El Cazador"; personaje polifacético acebano que desde lo más profundo de la Extremadura Rural es capaz de darle clases al más pintado de los pseudointelectuales de este País de ilustrados ignorantes.
Todo surgió como siempre en una de esas charlas que dinamizan una larga marcha por esas sendas que recorren la Sierra de Gata y que siempre acaban frente a fincas abandonadas; casas de campo derruidas; almazaras olvidadas que aún conservan, a pesar de las décadas, su olor al "espichin" de la aceituna; o a una majada; o a su vecino el "chajurdón"; todos ellos fueron objeto de la observación y de los deseos de asalto de este bandolero enigmático que sabía que detrás de sus muros existía un tesoro, ganado bovino, caprino, etc. que liquidaría su hambre y el de sus congéneres. 
Mi amigo Kiko me relató de manera confidencial, tal y como cuentan las cosas las gentes de sabiduría humilde rural sus cosas, que él había podido ver uno de estos linces boreales en la zona acebana del Guijarro hacía unos años. Esta confesión me hizo comprender que el despoblamiento y el abandono de los pueblos de la Sierra de Gata estaba favoreciendo, en cierta medida, la aparición de especies animales que habían desaparecido de sus tierras hacía décadas, o quizás siglos. 


La visión romántica e idealista que mi amigo Kiko me transmitió con ese relato simple y puro sobre un animal tan emblemático en una población serragatina como es Acebo, que para mí es uno de los grandes pilares de mi existencia, me confirmó una vez más que Sierra de Gata y en especial Acebo son unos parajes excepcionales, capaces de atraer a los seres vivos más salvajes, como es el caso del Lobo Cerval (Lince Boreal). ¡Bienvenido Seas! ¡Protejámoslo! 
En el último mes, y debido a un nuevo ingreso en el hospital de mi padre, volví a escuchar de nuevo la definición de Lobo Cerval para referirse al Lince. Esta vez era mi padre quien me contaba que un vecino apodado "Colifa", cuando él era pequeño, capturó a uno de estos animales a plena luz del día en lo alto de la Atalaya. Le pareció extraño que pudiera capturarlo a plena luz del día en lo alto de ese monte; ya que según él este tipo de animales en Acebo siempre cazaban de noche y sus presas más habituales eran los conejos. 
Este último testimonio parece confirmar efectivamente que Acebo y Sierra de Gata siempre fueron el hogar de ese Lince Boreal Europeo del norte de la Península Ibérica conocido por el nombre de Lobo Cerval.