Cilleros es de las poblaciones de mayor tamaño de Sierra de Gata. Por sus tierras han pasado todos los pueblos que han transitado por la transierra extremeña; muchos de ellos nos han dejado una huella indeleble que todavía se aprecia en alguno de los muros de muchas de las casas cilleranas.
La presencia celta y romana es la más visible en Cilleros, pero la Edad Media también se deja otear gracias a las tumbas labradas en piedra que se pueden visitar en la necrópolis cercana a la ermita de la Virgen de la Navelonga.
La Ermita de la Navelonga es una ubicación que desde antiguo debió servir de centro de culto, como así se aprecia en la infinidad de cazoletas que se encuentran en sus alrededores.
Cuando uno visita el centro de la población se encuentra también con la presencia nobiliaria por toda la villa esculpida en interesantes escudos pétreos.
En una zona privilegiada de Cilleros se encuentra la parroquia de la villa, un interesante edificio a medio diseñar, como otros de la Comarca, en el que se adivina la mano de Dº Pedro de Ybarra. Su ubicación coincide, según mi gran amigo Luis Ramajo, con la zona que ocupó el antiguo fortín que sirvió a los cilleranos de defensa contra las incursiones portuguesas del siglo XVII.
El interior del templo conserva un interesante retablo, quizás de los de mayor valor artístico de la Sierra; aunque la austeridad se respira por todos los rincones de este magnífico edificio sacramental.
Cilleros lo fuí descubriendo poco a poco de la mano de unos muy buenos amigos cilleranos con los que he compartido momentos muy agradables; sin embargo he llegado a conocerlo más en profundidad gracias a uno de los políticos y sindicalistas españoles más grandes que han nacido en Extremadura y que era natural de Cilleros, Nicasio Álvarez de Sotomayor Gordillo y Aguilar. Lamentablemente a fecha de hoy su nombre sigue sin figurar en el callejero de Cilleros; espero que algún día este grave error se subsane.
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