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lunes, 15 de mayo de 2017

SANTIAGO CHAMORRO PIÑERO, el fiscal valverdeño

Valverde del Fresno tiene como característica propia haberse convertido en la cuna de varios importantes juristas. Uno de ellos fue Santiago Chamorro Piñero, familiar de Jesús Vicente Chamorro, el denominado Fiscal Rojo, también oriundo de esa localidad.
La biografía de Santiago está magníficamente relatada en el libro de su hija Matilde Chamorro titulado Los Dioses Siguen Naciendo en Extremadura.


Santiago Chamorro Piñero fue uno de los juristas más expertos en la ley hipotecario de su época y no en vano escribió varios libros sobre dicha temática. El de mayor éxito fue El Derecho Real de Hipoteca y su Constitución por Acto Unilateral.
La mayor parte de su vida transcurrió fuera en Madrid; aunque ni él ni los suyos perdieron el contacto con nuestra comarca. En la capital de España tuvo despacho de abogacía por el que transitaron personajes importantes de la época y desde el que influyó en infinidad de negocios. Penalizado profesionalmente, como muchos otros colegas suyos, por haber pasado la guerra en el Madrid Republicano supo reciclarse y reinventarse, para así convertirse en un jurista de prestigio y de referencia en ese Madrid de posguerra.




lunes, 23 de enero de 2017

LOS DIOSES SIGUEN NACIENDO EN EXTREMADURA, Matilde Chamorro Fernández


De manera casual he llegado a este gran trabajo de narrativa del que me arrepiento sobremanera no haber tenido conocimiento hasta esta fecha.
Este libro es un alarde de descripción histórica cuyo guión nos lo va relatando la biografía central de uno de los más grandes juristas nacidos en Sierra de Gata, Santiago Chamorro Piñero; quien, ayudado por infinidad de personajes, nos describe como era nuestra Comarca y esa España de  la guerra civil y su posterior posguerra.
La autora, hija del eminente jurista, nos relata infinidad de anécdotas, nos retrata a cientos de personajes reales como la vida misma e incluso le hace un pequeño guiño a la lengua del Val de Xálima, a Fala. 
Es una narración ágil que te captura y que te hace desear conocer el desenlace de tan inteligente relato. La escritora huye de las biografías convencionales e incluso de las tan manidas hagiografías, para de esa manera descubrirnos la historia de unas familias serragatinas cuyo principal actor es, como he comentado anteriormente, el gran jurista Santiago Chamorro Piñero.
Pero el libro además es una recopilación de datos históricos totalmente reales (la guerra civil, la represión, el wolframio, el maquis, la posguerra, etc.), con personajes de carne y hueso; muchos de los cuales se han convertido en familiares para mí; ya que sus nombres y andanzas han quedado plasmadas en muchos de mis trabajos. Pero además la historia de esta familia serragatina en Madrid transcurrió en el mismo barrio en el que he nacido y aún resido, del que hace una descripción muy detallada. Quizás eso haya sido lo que me ha capturado de este, para mí, excelente trabajo de narración; ya que ha conseguido recordarme infinidad de lugares, así como personajes y hechos que por una mera casualidad del destino Yo también había escuchado en mi casa o entre mis paisanos de Acebo y amigos de Sierra de Gata.
No he conseguido encontrar más libros publicados por esta gran escritora serragatina; pero ojalá no fuese el único que nos haya legado; ya que que Yo que no soy de leer libros de narrativa éste me ha despertado la curiosidad y el gusto por la técnica narrativa de Matilde Chamorro Fernández.

lunes, 2 de noviembre de 2015

EL CONVENTO DE SANTIAGO DEL AZEVO



Los restos arqueológicos del Convento de Santiago del Azevo, situados a los pies del Cerro Moncalvo, muestran todavía la magnificencia y la sobriedad de esa orden religiosa que inundo con su presencia todos los rincones de nuestra Comarca, Los Franciscanos Observantes.
Todavía se mantienen en pie un señorial pórtico y bellos sillares de granito labrados por las manos expertas de canteros venidos de otras tierras. El paso del tiempo, el abandono, las guerras y la desidia de sus muchos propietarios han sido los que han abocado a este triste final a uno de los conventos con más vida que tuvo nuestra Sierra de Gata.
Mi amigo Vicente Calderita hace décadas intentó salvar del olvido el escudo que yacía tirado a la orilla del arroyo que regaba con sus aguas la huerta de estos frailes. Por ello se vio envuelto en un desagradable proceso judicial que estuvo a punto de ocasionarle un serio disgusto. Hoy en día ese escudo de la Orden permanece olvidado en un almacén de una casa de Hoyos.



Mi interés por la vida de este convento y de sus moradores se fue incrementando con los años y con la documentación que recopilé en distintos archivos conseguí escribir un artículo en el año 2012 que fue publicado en la revista eclesiástica Cauriensia. 




Para todos aquellos que estéis interesados en el mismo este es el enlace para poder descargárselo.