En numerosas
ocasiones, cuando hemos visitado pueblos como: Santibáñez el Alto, Torre de Don
Miguel, Valverde del Fresno y Moraleja nos hemos encontrado
con unas construcciones a las afueras de estas localidades realmente singulares
y que los lugareños de estas poblaciones las conocen por el nombre de rollos.
Rollo de Valverde del Fresno
Gracias al
trabajo publicado por el Museo de Cáceres “Los Árboles de Piedra, Rollos y
Picotas de la Provincia de Cáceres”, año 2004, hemos podido adentrarnos en el
curioso mundo de la justicia medieval y a la vez comprender la importancia y
significación de estos monumentos que en un inicio se extendieron por la mayor
parte de las villas de nuestro país.
Según el
citado estudio, en un origen había que distinguir dos tipos de construcciones
que tenían dos finalidades claramente diferenciadas, una era la Picota y la
otra era el Rollo.
Picota de Penamacor (Portugal)
La Picota
era un instrumento que se utilizaba claramente para condenar al escarnio
público a todos aquellos que habían cometido cualquier tipo de delito menor,
como podían ser (robo, fraude en las medidas, venta de productos en malas
condiciones, etc….). En una sociedad como la medieval en la que no existía nada
más sagrado que la honra, el exponer públicamente al infractor de un delito era
como condenarle al ostracismo más absoluto.
El Rollo, en
cambio, era un instrumento por el que se valían ciertas localidades para
demostrar su condición de villa y su capacidad de dictar y aplicar leyes; es
por ello que en algunos de estos rollo aparece un escudo que bien podía ser el
del rey (como teóricamente sucede con el de Moraleja, cuyo escudo se atribuye a
Felipe IV), bien el de un señorío, o como sucede con el de Santibáñez el Alto
el de una orden militar, como la de
Alcántara.
Rollo de Moraleja
Con el
transcurso del tiempo ambos instrumentos de nuestro sistema jurídico se
fusionaron y permanecieron unificados durante siglos, hasta que con las cortes
de Cádiz se dictó que ese símbolo del poder señorial debía desaparecer de todas
aquellas villas y lugares del territorio nacional.
La estructura
de todas estas construcciones son muy similares. Sobre una grada de sillares se
eleva una columna que se ve rematada normalmente con unos elementos decorativos
que suelen tener su origen en el bestiario medieval. En algunos casos, como
hemos comentado anteriormente, suelen tener representados un escudo y algunos
de ellos se ven coronados con una cruz, como sucede con el de Santibáñez el
Alto (Cruz de la Orden de Alcántara) .
Rollo de Santibáñez el Alto
La ubicación
de estas construcciones, en numerosas ocasiones, daban nombre a la zona donde
se instalaban. De esta manera no nos debe extrañar la proliferación de plazas
con el nombre de “Plazas del Rollo”, como sucede en Coria, donde según una
fotografía recogida del libro de Publio Hurtado “ Castillos y Casas Fuertes de
la Provincia de Cáceres” en la actual plaza del mismo nombre existió una
construcción de este tipo y que en la actualidad ha desaparecido muy
probablemente fruto del desarrollismo sesentero.
Rollo de Coria (Plaza del Rollo)
Por suerte,
en otro caso, como el del Rollo de Torre de Don Miguel, éste fue rehabilitado
por el estudiosos de la Villa Don Telesforo Torres, quien se encargó de buscar
todas las piezas del mismo que en un huracán desperdigó por los alrededores de
su ubicación original.
Rollo de Torre de Don Miguel