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viernes, 7 de enero de 2022

ERMITA DE SAN MIGUEL DE LA VIÑA , Robledillo de Gata

La Ermita de San Miguel de la Viña en Robledillo de Gata se encuentra a las afueras de la población sobre un pequeño promontorio. A su alrededor hay una amplia extensión de cultivos autóctonos de la zona, entre los que se encuentran algunas viñas que en su tiempo produjeron el afamado vino de esta población y dieron nombre a esta ermita. 


La fecha de su construcción es de principios del siglo XVI, aunque el edificio actual conserva muy poco de aquella fecha; ya que el inmueble estuvo en ruinas durante muchísimo tiempo hasta que fue reconstruido en fechas relativamente recientes.


En palabras del experto en arte, D. Florencio Javier García Mogollón, no hay nada a simple vista que pruebe la teoría de algunos autores de que esta ermita se levantó sobre un antiguo santuario visigodo del año 606. Siendo esta ermita la iglesia original de la población; ya que la aldea original se encontraba en esta ubicación hasta que se trasladó al lugar actual.
Sin embargo nuestro paisano e historiador local de Descargamaría y de Robledillo de Gata, D. Juan Carlos García Delgado, recoge en su libro " Las villas de Valdárrago, Robledillo, Descargamaría y Puñonrostro" una imagen de una piedra labrada del interior de la ermita en la que se aprecia un racimo de uvas y una parra; y que según este autor puede ser de la época visigoda en la que se levantó el citado templo.






Lo más destacable del edificio de esta ermita es su pórtico de entrada; ya que el resto del edificio es de mampostería enlucida sin ningún elemento que pueda ser reseñable.




domingo, 16 de agosto de 2020

LA PEÑA MATATOROS Y LA ERMITA DE SANTA BÁRBARA DE ACEBO

Con la barranca de primera hora de la mañana agarrada a las cumbres montañosas de Sierra de Gata, inicio un viaje bajo la atenta mirada de los buitres hacia dos de los sitios míticos de Acebo; La Peña Matamoros y la Ermita de Santa Bárbara.








Desde La Peña Matamoros puede uno deleitarse observando la inmensidad de un espacio que combina tierras de cultivo, bosques caducifolios, lagos artificiales y sobre todo pequeñas villas desparramadas por todo su territorio.









Los restos que han llegado hasta nuestros días de la otrora Ermita de Santa Bárbara son un cúmulo de piedras desparramadas en lo alto de un monte de difícil acceso. De planta rectangular se conservan escasas piedras trabajadas, quizás porque a alguien se le ocurrió que muchas de aquellas que se encontraban labradas por las manos de canteros expertos tendrían mejor función en alguna plaza de toros de algún villorrio serragatino.





La dificultad de la subida se ve compensada con unas vistas impresionantes, que casi nos sugieren que más que un centro de culto aquello parece que tuvo también alguna función estratégica.





Me despido de la visita con un ejemplar de los bellos frutos que los robles dan por estas fechas y que parecen querer avisarnos de la próxima Navidad.

domingo, 28 de junio de 2020

ERMITA DE LA CRUZ BENDITA,San Martín de Trevejo

Esta ermita conserva para mí un especial recuerdo; ya que cuando moceaba por la Comarca nos sirivió a mí y a mis amigos de refugio nocturno en aquellos veranos en los que nuestra curiosidad nos hacía completar rutas senderistas por los montes de Jálama, que nos obligaban a hacer noche en San Martín de Trevejo de manera improvisada.


El tejaroz que cubre la entrada principal con sus magníficos asientos pétreos nos sirvieron de camastro y de cubierta en las cálidas noches estivales de la década de los años ochenta del siglo pasado.


En aquellos veranos y en esta ermita fue mi primer contacto con A Fala. El letreo que se conserva a la entrada de la misma, escrito en la lengua vehicular de la mayor parte de la población de San Martín de Trevejo, nos sorprendió a unos jóvenes educados en el centralismo lingüístico del Estado Español de la época. Dicho letrero adosado a la fachada principal del edificio, además del consejo litúrgico que manifiesta, tuvo un carácter reivindicativo en un tiempo en el que las lenguas locales que no fuesen el castellano eran tratadas de manera despectivas o proscritas.  

ERMITA DEL CRISTO DE LA PAZ. Hernán Pérez

Es esta ermita un edificio sencillo sin el detalle ni la intervención de afamados canteros de siglos pasados. Levantado en su mayor parte en mampostería de pizarra, cuenta con algunas partes en sillería de granito que refuerzan en parte la construcción. La puerta principal cuenta con un arco de medio punto y en su tiempo debió estar cubierta por un tejaroz, del que tan sólo quedan las ménsulas. Tiene estructura de nave única dividida en dos tramos por un arco de medio punto.



Cuenta esta ermita con una rústica espadaña en la que una pequeña campana llamaba a la oración en siglos pasados.


No conserva Hernán Pérez espectaculares edificios religiosos, pero si conviene decir que los dos que se mantienen en pie, la ermita y la parroquia, tienen la particularidad única en nuestra comarca de haber sido construidos en su mayor parte en mampostería de pizarra, material muy raro de ver en las construcciones religiosas de nuestra sierra.

sábado, 27 de junio de 2020

ERMITA DEL CORDERO BENDITO, Acebo

Es la única ermita que queda en pie en Acebo y aunque siempre fue la del Cristo, cuando se derribó la del Coredero, en el actual ambulatorio de la localidad, a ésta se la pasó a denominar la Ermita del Cordero Bendito.
Tiene planta rectangular alargada, con la sacristía al lado de la Epístola. La capilla mayor es toda de sillería y sobre ella se eleva un cimborrio octogonal que resguarda la cúpula. el resto de la contrucción es de mamposteria; aunque en las esquinas se usó, como en muchas otras ermitas, sillares de granito. A los lados tiene dos contrafuertes que soportan los empujes del arco principal. La puerta es un arco de medio punto, que queda cubierta por un tejaroz moderno sustentado sobre dos columnas apoyadas en dos basamentos pometeados de raíz hispanoflamencas, que proceden del antiguo soportal del ayuntamiento de Acebo.



Custodia esta ermita una imagen barroca de un  Nazareno, El Cordero Bendito. Talla deciochesca anónima de gran expresividad y realismo, por la que los acebanos profesan una profunda devoción.

Nos cuenta un amigo que según él pudo ver en el archivo histórico municipal de la localidad, hoy en día ya desaparecido, esta imagen tiene un origen curioso. Parece ser que en cierto siglo la ermita del Cordero se incendió y la imagen del Santo a cuya advocación se encontraba dedicada se perdió; por este motivo los representantes municipales le encargaron a unos vecinos la compra de una nueva talla que sustituyese a la desaparecida. Estos abnegados vecinos viajaron hasta un taller de imagineria de la ciudad de Valladolid donde entraron en tratos con el escultor de turno. Una vez manifestados los deseos de compra y su poder adquisitivo el citado escultor les dijo que no podía satisfacer sus deseos; pero cuando los dos acebanos se aventuraban a abandonar el taller, el artista les alcanzó a la salida del mismo y les propuso la compra de un Ecce Homo que conservaba desde hacía varios años en el almacén del taller. Los dos vecinos se dieron media vuelta y siguieron al artesano hasta el lugar en la que se conservaba la magnífica talla. Una vez allí el escultor les explicó que aquella talla había sido encargada por una Cofradía sevillana, pero que cuando fueron a recogerla no la quisieron porque el Cristo tenía, debido al color de la imagen,  un aspecto demasiado semita para ellos.
A los acebanos ese tema no les incomodó, pero ellos lo que querían era un Cristo que portase una cruz a hombros y no uno que estuviese atado a una columna. El artista les dijo que eso no sería problema, que viniesen en dos días a buscarlo que ese inconveniente quedaría resuelto.
El escultor le seccionó uno de los brazos y se lo colocó en la posición necesaria para sustentar un cruz. De esa forma el problema quedó resuelto y los acebanos se llevaron al Azevo una escultura que forma parte del ideario acebano desde que tengo uso de razón.  


sábado, 20 de junio de 2020

ERMITA DEL HUMILLADERO, Gata


La Ermita del Humilladero se encuentra a la entrada de la Villa de Gata. La parte antigua de la ermita es la cabecera de la misma, la sección que se encuentra construida con mampostería enlucida y encalada fue añadida a finales del siglo XVII o quizás en el siglo XVIII con la idea de ampliar el espacio para una población en continuo crecimiento.






La parte original de la ermita fue construida en el siglo XVI con una perfecta sillería de granito que la vincula con la construcción de las imponentes parroquias de la zona. Ese primitivo edificio tiene cuatro contrafuertes esquineros que soportan la imponente bóveda crucería de este templo.



Cerca de la ermita se encuentra un crucero labrado a finales del siglo XVI, constituído por una columna toscana apoyada en un podio de tres escalones.




viernes, 19 de junio de 2020

ERMITA DEL CRISTO, Torre de Don Miguel

En la Ermita del Cristo de Torre de Don Miguel se averigüa la mano del gran arquitecto parroquial de Sierra de Gata Dº Pedro de Ybarra.
La descripción técnica de la misma la dejamos en manos de nuestro catedrático de arte Dº Florencio-Javier García Mogollón que realiza un estudio pormenorizado de la misma en su libro "Viaje Artístico por los Pueblos de Sierra de Gata".


La construcción data del año 1673 según una inscripción que figura en la pequeña espadaña superior. Aunque es probable que sea de mediados del siglo XVI cuando Pedro de Ybarra intervino en la iglesia parroquial de la localidad.








El edificio posee tres magníficas gárgolas muy similares a las que se pueden observar en el edificio parroquial de Gata. Son unas gárgolas muy diferentes a las que se ven en otras ermitas de la zona o en otras parroquias, e incluso difieren enormente de las que se pueden observar en la parroquia de Torre de Don Miguel.











La Ermita del Cristo de Torre de Don Miguel es un bello ejemplo de la arquitectura eclesiástica que colonizó estas tierras serragatinas de la mano de un magnífico arquitecto que eclipsó a muchos otros como fue Dº Pedro de Ybarra. Un tiempo en el que buena parte de sociedad serragatina realizó un importante esfuerzo económico para dotar a sus poblaciones de las más imponentes construcciones religiosas, compitiendo entre ellas en belleza y magnificencia.