domingo, 27 de diciembre de 2020

PATIO EN SOMBRA, Pilar Bacas

 


Mi amiga Pilar Bacas acaba de publicar una novela que viene a enriquecer la historia literaria de Sierra de Gata. De la mano de una prolífica escritora, que ha publicado decenas de libros que se han convertido en una parte importante de la literatura contemporánea de Extremadura, nos adentramos en una historia de estraperlistas de una España recién salida de una guerra, en la que las carencias estaban a la orden del día. Como recurso literario Pilar elige la figura de un familiar suyo, oriundo de Sierra de Gata, que se ve envuelto en una trama que afectará a todos los miembros de una familia de sólida raigambre en nuestra Comarca.
Con su habitual calidad narrativa Pilar nos regala una historia que nos ayudará a pasar unas fechas rotas por una pandemia mundial que nos ha alejado de familiares y amigos y que guarda muchas similitudes con la novela escrita por esta escritora excepcional extremeña. 
Como no podía ser de otra manera Pilar donará la recaudación de las ventas de este libro a la ONG "Sonrisas en Acción".







domingo, 29 de noviembre de 2020

JOSEFA Y OTRAS MUJERES, El Lince con Botas 3.0

El Lince con Botas 3.0 trae para el espectador de Canal de Extremadura la situación social de la mujer de Sierra de Gata durante la década de los años 30 del siglo XX.

Basándose en el trabajo que publiqué en la Revista Historia de Extremadura hemos realizado un documental de unos 30 minutos en el que de manera resumida relatamos la situación de la mujer serragatina durante un periodo clave en la historia de España.

El documental se puede ver en el siguiente enlace:

https://www.canalextremadura.es/video/el-lince-30-josefa-y-otras-mujeres-271120




viernes, 13 de noviembre de 2020

DEL CUARTELILLO AL CALABOZO


    
 

        Venancio andaba de aquí por allá en una de las habitaciones de la casa, cuando entró su esposa estaba todo revuelto.

        -¿Se pué saber qué es lo que buscas?- le preguntó la esposa.

        -Pue que no sé ondi cojonis he puestu el carné de identidad. -Le respondió Venancio.

        -Si es qui no tienis cabeza, claro como tó lo dejas manga por hombro, pues luegu no sabis ondi ponis las cosas- Le recriminó Aurora.

           -Bueno ya aparecerá si quier y si no que le den por culu. -Contestó muy enfadado Venancio.

        Cogiendo la zamarra y la cayá salió por la puerta de casa dando fuertes taconazos por cada peldaño de la escalera que pisaba camino de la tená donde guardaba las borregas.

       El final del día llegó y Venancio apareció de nuevo en casa después de una jornada laboral a la intemperie por los campos de Sierra de Gata para que sus ovejas pastasen la mejor hierba posible. En cuanto se sentó a la mesa Aurora se dirigió a él con un tono imperativo.

       -Ya pues buscar el dichosu cané de identida porqui lo necesita el dagal pa presentarlo en la escuela pa no sé qué asuntu.

         -¡Hay que jodersi con el putu carné! mañana iré al cuartelillu de la guardia civil a ver si me puen jacer unu nuevu.- Respondió Venancio harto de la situación

         Llegada la mañana, a primera hora, se montó en el coche de su amigo Tomás y se dirigieron al cuartelillo de la guardia civil de Hoyos.

             -Buenus días agenti- Saludó Venancio al guardia civil de la puerta.

            -Buenos días-Le respondió el agente de la ley.

          Venancio entró dentro del cuartel y pasó a una estancia en la que se encontraba el responsable del acuartelamiento y otro agente que hacía las funciones de administrativo.

            -Buenos días ¿Qué necesita?- Le preguntó el oficial al mando.

          -Pues verá agenti es qui he extraviaú el carné de identidá y necesitu jacermi unu nuevu porqui el dagal necesita presentarlu en la escuela pa nosé qui asuntu.-Respondió Venancio al oficial.

            -Bien, empecemos pues. Nombre, apellidos, dirección etc....

            -Venancio Sánchez Iglesias, calli.........

        Sin dejarle terminar de proporcionarle los datos que el teniente de la guardia civil le había solicitado a Venancio, éste le respondió con tono marcial.

            -Pues va a ser que le voy a tener que detener.

       Venancio se quedó perplejo mientras pensaba que era una broma que le estaba gastando el oficial; pero lo cierto es que sobre él pesaba una denuncia de un vecino del pueblo de la que no tenía conocimiento de su existencia. Aquella noche y varios días más Venancio durmió en el calabozo del cuartel aunque cuando salió libre lo hizo con el carnet de identidad en vigor.


Relato basado en la experiencia que un amigo y conocido vivió hace años y que a modo de chascarrillo tuvo a bien contarme en la terraza de uno de los bares de Acebo entre quintos de Mahou y chupitos de aguardiente.

Autor: CHUCHI del Azevo

Noviembre de 2020     

lunes, 9 de noviembre de 2020

DE CABALLEROS CIMARRONES Y BIZARROS EN LA CONQUISTA Y DEFENSA DE SIERRA DE GATA (II)

 


        Un personaje anónimo, uno de esos muchos turistas que en los cálidos días de agosto aparecen por estas tierras, llevaba cerca de una hora observando maravillado los dos rostros de seres humanos que habían sido labrados en el recio granito de Sierra de Gata siglos atrás; y que desde la humilde fachada de una pequeña casa del barrio de la Torrita de Acebo se muestran desafiantes a los que las contemplan.

                Francisco tenía curiosidad por lo que ese inesperado visitante pudiese opinar de esas caras, por lo que al final se animó y acercándose a él le inquirió:

-¿Son realmente enigmáticas, verdad?

                El forastero giró levemente su cabeza, sin perder de vista los rostros graníticos, y le respondió escuetamente:

-Enigmáticas y arcaicas.

-Ciertamente -respondió Francisco. Hay quien afirma que en este lugar estuvo la morada de Viriato y que esas cabezas tendrían un origen celta relacionado con dicho general hispano-lusitano.

-Todo puede ser posible –respondió el viajero- aunque eso sería robarle protagonismo a la población portuguesa de Viseu; en donde dicen que vivió y luchó Viriato en uno de sus múltiples enfrentamientos con las legiones romanas.

-No es esa mi intención –murmuró Francisco entre dientes- aunque es posible que no sólo hubiese existido un único Viriato; o que éste tuviese la capacidad de recorrer toda la serranía norte de la actual Extremadura hasta la Sierra de la Estrella en Portugal. Teniendo sus bases logísticas en las ciudades de Caurium, Aeminium e Interamnia que se encontraban próximas a esta población; y puede que de vez en cuando viniese a descansar a este bello pueblo que es hoy en día Acebo. En el fondo quien no se consuela es porque no quiere, los portugueses tienen a su Viriato y nosotros al nuestro.

-Bien, si eso le satisface, pues perfecto- le respondió el turista. Quien molesto por la interrupción del lugareño abandonó el lugar con la certeza de que durante una hora había contemplado un retazo de la historia prerromana de Sierra de Gata.  

CHUCHI del Azevo

Mayo de 2012

DE CABALLEREOS CIMARRONES Y BIZARROS EN LA CONQUISTA Y DEFENSA DE SIERRA DE GATA (I)

 



    Doce meses había tardado en llegar a su localidad natal, Hoyos, desde que salió del Perú. Atrás dejaba amigos e inmensidad de propiedades que había ido acumulando en sus conquistas por tierras americanas junto a sus antiguos jefes de batalla, Gaspar de Loaysa, Francisco Pizarro, etc.

La llamada de la tierra y la añoranza por los lugares que le vieron nacer, pesaban más en el ánimo de Pablo Pérez, que todo el éxito y riquezas logradas en sus mil y una hazañas y aventuras por las tierras hostiles del Nuevo Mundo.

Antes de entrar en Hoyos dio la orden al cochero, que le había traído hasta aquí, que parase el carruaje; y al criado que fuese a por el hatillo que venía en la parte trasera del carromato. En cuanto regresó el criado, Pablo tomó el hatillo y se ocultó detrás de unas jaras. Salió al poco rato, y ante la mirada atónica del cochero y el criado les preguntó a ambos:

-¿Qué tal?

Estos no pudiendo contener su asombro, exclamaron:

-¡Su Excelencia parece un pordiosero!, ¿Dónde pretende ir así?

-Dentro de poco lo comprenderéis -les dijo. Mientras tanto dad marcha atrás y volved por el otro camino que conduce al pueblo. Esperadme en la fonda que había cerca de la antigua ermita.

Sin más, tanto el cochero, como el criado obedecieron las instrucciones dadas por Pablo, mientras éste se adentraba por las estrechas y oscuras calles de la población, hasta llegar a una humilde vivienda de una sola planta.

Tres veces llamó a la puerta hasta que alguien se decidió a abrirla. Ante la luz tenue de un pequeño candil la dueña de la modesta morada preguntó al inesperado visitante:

-¿Quién es Usted?, ¿Qué quiere a estas horas?

A lo que Pablo Pérez contestó con voz aterciopelada:

-Soy yo, Lucia. Tu primo Pablo.

-¡Por Dios! –Exclamó Lucia. Pero si vienes hecho un pordiosero. ¿Para eso tanto empeño en ir a las Indias, para volver muerto de hambre?

-Bueno, Dios lo quiso así –contestó con gesto circunspecto. ¿Podría quedarme en tu casa hasta que encuentre algún medio de vida? –preguntó con voz entrecortada, mientras hacía ademán de entrar.

-De eso nada –contestó Lucia con voz imperativa. Demasiada carga tengo ya como para echarme otra más encima; y menos la de un muerto de hambre como siempre has sido tú –sentenció Lucia. Acto seguido cerró la puerta dejando a Pablo a la intemperie de una gélida noche serrana.

Al día siguiente Hoyos amaneció más inquieto de lo habitual, las calles eran un continuo ir y venir de personas. Lucia al ver ese trajín de gentes preguntó a un grupo cercano a su casa:

-¿Qué ocurre, Timoteo? –dirigiéndose al que lideraba el grupo.

-¡Parece mentira Lucia! –exclamó con alegría el tal Timoteo. La fortuna ha llamado a tu puerta y tú no te has enterado todavía; tu primo Pablo Pérez ha regresado del Perú y se dice que ha traído tal fortuna que son muchos a los que ya ha obsequiado con algo. Algunos dicen que dio con el Dorado y que con ese oro, plata y piedras preciosas que ha traído piensa construir un hospital y un convento, aquí en Hoyos.

Lucia apesadumbrada se dio la vuelta y cerrando la puerta comenzó a llorar de manera ininterrumpida; quedándose todos los vecinos sorprendidos ante la inesperada reacción de su interesada convecina.

 

Relato basado en el libro de Domingo Domené: Historia de Sierra de Gata. Página 117

CHUCHI del Azevo

Abril de 2012

 

 


domingo, 8 de noviembre de 2020

EN LA CONSULTA DEL OFTALMÓLOGO



María había pedido cita para llevar a su madre al oftalmólogo; ya que no paraba de quejarse de que cada vez veía peor y María temía que en cualquier instante pudiese sufrir un percance por la falta de visibilidad.

Ambas se encaminaron por la calle Arenal de Madrid hasta que llegaron a un edificio cercano a la Iglesia de San Ginés. A la altura de esta iglesia emblemática de Madrid la madre de María, la tía Restituta, del dijo a su hija:

        -Hija, comu esti jombri me curi le pongo el cirio más grandi que encuentri al primer santu vea en esta ingresia.

        -¡Amos madri no sea usted tan pesimista! -le contesto María en un fuerte arrebato.  

Después de un rato en la sala de espera, la secretaria del especilista las hizo entrar en el despacho del oftalmólogo.

        -Bueno, expliquénme qué es lo que les sucede.-Les inquirió el oculista.

        -Pues miri señor médico hemos venio porqui mi madri tien probremas de visión. -Respondio María al médico.

        -¿Y qué es lo que le ocurre exactamente señora?-Le preguntó el médico directamente a la Tía  Restituta.

        -Pues verá Usted Señor médico yo es qui tengo un dolor de bollagas qui me tieni comía la moral porqui es qui no pueo jacer ná.-Contestó La tía Restituta al oftalmólogo.

El médico se quedó perplejo, hasta el momento había ido entendiendo lo que ambas mujeres le iban diciendo, pero ese término de bollagas para él era totalmente nuevo y no era capaz de entenderlo.

        -¿Bollagas?.-Preguntó el médico con voz sorprendida.

        -Mi madri quier decir ojos. -Respondió rápidamente María.

La duda estaba aclarada y de esa manera el oftalmólogo pudo realizar el diagnóstico correctamente y enviar a la tía Restituta al especialista para que le operase de unas simples catarátas.


Esta historia me la contaron hace ya bastantes años cuando los serragatinos estaban casi recién llegados a un Madrid que comenzaba a crecer en tamaño a expensas de las localidade del interior de España.


Autor: CHUCHI del Azevo

Noviembre de 2020



                -

LEYENDAS DE PRINCESAS ENCANTADAS, MIRAMAMOLINES Y TESOROS OCULTOS EN LA ARABESCA SIERRA DE GATA (VI)


 


En lo más recóndito de Sierra de Gata, Félix y sus amigos jugaban como el resto de los niños de su edad. Entre travesuras, retos y juegos, que se fraguaban en lo más profundo de su imaginación, se fueron alejando del casco urbano de la población en la que vivían; hasta llegar al sitio conocido por el nombre de Las Cabeceras. Allí se encontraron de repente con la entrada a una cueva de la que jamás habían oído hablar.

Parados, cuan estatuas pétreas, frente al acceso a lo que parecía el inframundo ninguno se atrevió a articular palabra; hasta que Félix, el más temerario de todos los que integraban ese grupo de adolescentes, les propuso averiguar qué podía haber en el interior de dicha cueva.

Sin iluminación y rodeados de una oscuridad misteriosa fueron avanzando durante varios minutos a lo largo de la gruta hasta que de repente se toparon con un pequeño haz de luz  que iluminaba un diminuto rincón de la cueva.  Ese hilo de luz penetraba por un pequeño hueco del techo de la cavidad y el reflejo en las paredes rocosas de la misma desprendía un color verde esmeralda intenso. En el centro de ese lugar, casi mágico,  sobresalía del suelo una inmensa roca, que a modo de púlpito, parecía querer atraerles hasta ella.

Félix se fue acercando poco a poco mientras el resto de sus amigos le observaban con inquietud; temerosos de que en cualquier momento pudiese aparecer algo o sucederles cualquier desgracia eran incapaces de volver por donde habían venido, si no era acompañados por el coraje de su amigo.

La luz tenue parecía querer susurrarle algo al chico y con un fuerte magnetismo la gran roca que emergía del suelo le fue atrayendo hasta ella. Una vez frente a la misma, la observó respetuosamente, y mientras sus amigos tenían clavadas sus miradas en Félix, éste comenzó a moverse alrededor de la gran mole pétrea hasta que pasados varios minutos se giró y sosteniendo entre sus manos cinco enormes barras doradas gritó:

                                                               -¡Chicos somos millonarios!

Sus amigos no daban crédito a lo que veían, Félix asía fuertemente entre sus dedos cinco barras de oro. En ese mismo instante y sin que nadie diese instrucciones al respecto todos salieron corriendo de la cueva como almas que lleva el Diablo; temían que alguien les hubiese descubierto y que el dueño de ese áureo tesoro saliese tras ellos para recuperar lo que unos intrépidos chicos le habían quitado.

La carrera hacia el pueblo fue apoteósica y una vez allí dieron cuenta de su hallazgo a familiares y amigos. La noticia corrió como la pólvora e inmediatamente se presentaron en el domicilio de Félix las fuerzas vivas de Eljas, a cuyo frente se encontraba el alcalde de la localidad; que inmediatamente se encargó de requisar el tesoro y enviarlo al Gobernador Civil de la provincia para que fuese depositado en el Banco de España.

Aunque luego fueron muchos los que intentaron localizar dicha cueva e incluso Félix y sus amigos trataron de indicar la ubicación exacta de la misma, ésta jamás volvió a ser vista y tampoco se volvieron a encontrar más tesoros de este tipo en la milenaria Eljas. Son muchos los que especulan a día de hoy si aquello que les sucedió a Félix y a sus amigos es una leyenda o si realmente dieron con un tesoro que las huestes cristianas o musulmanas escondieron en una de sus precipitadas huidas.

Relato basado en la noticia aparecida en la prensa regional de la época en el año 1939

Autor: CHUCHI del Azevo

Noviembre de 2020