Habían transcurrido quince días
desde el encontronazo con los guardias civiles y Emiliano y Macario habían
procurado pasar lo más desapercibidos posible; aunque eran conscientes de que
eran observados y sus pasos controlados. A pesar de ello seguían con la idea de
recuperar las mulas y la mercancía a la más mínima oportunidad, y parecía que
iban a tener suerte; pues los guardias del cuartel de Acebo habían recibido
instrucciones de sus superiores del cuartel de Perales del Puerto para que
sacasen a subasta todos los bienes decomisados.
Emiliano
y Macario pensaron durante ese tiempo cómo pujar en la subasta y evitar que
nadie más se hiciese con unos bienes que consideraban de su propiedad. Al final
llegaron a la conclusión de que lo mejor que podían hacer era buscar a un
tercero que hiciese de testaferro para que pujase en la subasta por las mulas y
la mercancía; mientras ellos se encargaban de hacer correr el rumor, o
advertencia, para que nadie más hiciese ofertas en esa puja. Costumbre que solía
ser habitual entre los contrabandistas de la localidad.
Ese
testaferro o testaferros serían: por un lado el comerciante que iba a vender la
carga en su establecimiento y al que al final habían convencido para que pujase
por la misma, y por otro lado unos vecinos venidos de Torre de don Miguel que
se encargarían de realizar una oferta por las mulas.
A
la hora convenida el alguacil del Ayuntamiento de Acebo hizo sonar su corneta
convocando a todos los interesados a la subasta que iba a tener lugar en los
soportales del Ayuntamiento de la localidad. No era la primera subasta que se
hacía en ese lugar; ya que en los años previos a la guerra civil sus ciclópeas
columnas fueron testigos mudas de numerosas ventas de productos y bienes
decomisados a la infinidad de contrabandistas que operaban desde Acebo; que por
aquellas fechas fue el centro más importante de contrabando de toda Sierra de
Gata; ya que después de la guerra le había arrebatado ese privilegio Torre de
don Miguel.
La
asistencia al acto fue multitudinaria, la tensión se mascaba en el ambiente y
la duración del mismo se preveía larga. Las miradas intimidatorias de advertencia de
los contrabandistas hacia el público asistente provocó que más de uno
abandonase la subasta; sin embargo esa advertencias iban dirigidas al guía de
un grupo contrabandista rival del que sospechaban era el confidente de los
agentes.
Lo
primero que se subastó fue la mercancía y el comerciante de la localidad no
tuvo problemas para hacerse con la misma; ya que tan sólo recibió una única
oferta, la suya. Sin embargo las mulas que parecía que sería lo que menos
ofertas recibiese, se convirtió en el objeto deseado de ambos grupos rivales de
contrabandistas. Por ese motivo se habían personado los dos vecinos de Torre de
don Miguel, para evitar que esas mulas cayesen en otras manos que no fuesen las
suyas; ya que realmente esos animales se los habían arrendado a Emiliano y a
Macario para realizar ese trabajo.
Estas
acémilas eran unos équidos especialmente entrenadas por ellos para detectar la
presencia de agentes uniformados cuando se las usaba en tareas de contrabando;
por este motivo los torrezneros tenían un interés especial en ellas. A su vez
los guardias del cuartel de Acebo estaban deseando deshacerse de las mismas; ya
que ninguno de ellos se atrevía a acercarse a los animales, porque cada vez que
lo intentaban eran recibidos con una lluvia de coces, que al que cogiese
desprevenido le dejaba varios de baja.
Finalmente
las normas no escritas entre contrabandistas finiquitó la subasta de las mulas
a favor de los dos vecinos de Torre de don Miguel. Los guardias sospechaban que
la misma estuvo controlada desde un principio por aquellos que perdieron la
carga; pero no pudieron hacer nada al respecto, ya que no había manera de
demostrar los vínculos entre unos y otros.
Con
el tiempo Emiliano y Macario recibieron el dinero que le correspondía por ese
trabajo; aunque en esta ocasión se les descontó el dinero que se había pagado
en la subasta por la mercancía y las mulas.
Autor: CHUCHI del Azevo
Agosto de 2012
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